VIVIENDAS BIO-CLIMATICAS-1
VIVIENDAS BIOCLIMÁTICAS
La bioclimática se define como aquel tipo de
arquitectura que, asegurando el confort para los ocupantes del edificio,
minimiza el uso de energía auxiliar apoyándose en las características
climáticas del lugar.
Una vivienda bioclimática, es pues, una vivienda que
permite gozar de unas condiciones confortables de humedad y temperatura en su
interior con bajos consumos de calefacción, refrigeración y agua caliente
sanitaria (ACS) .
Efectos en las necesidades energéticas de la aplicación de criterios
bioclimáticos a una vivienda
En esencia, los criterios desarrollados por la
"arquitectura natural" para cada microclima y contexto siguen siendo
aún válidos y mejorados sensiblemente por la capacidad actual de
cálculo/simulación térmica de los edificios y con la incorporación de nuevos
materiales.
Una arquitectura bioclimática aprovecha los recursos disponibles del entorno
natural (radiación y temperatura como factores dominantes, viento, humedad...),
de modo que el diseño varía notablemente con el microclima existente y en
función del emplazamiento de la vivienda dentro del conjunto.
Basta observar la figura 2 para, de un modo muy general, señalar que en Zaragoza una vivienda bioclimática será compacta, tratará de mostrar su fachada principal al sur con acristalamientos superiores al 40% de la fachada y sistemas eficaces de sombreamiento.
Las fachadas E y O contarán con protección
solar para sus huecos (por ejemplo persianas de lamas verticales) y la fachada
N superará los niveles normativos de aislamiento con mínimas aberturas. Es así
mismo importante favorecer la refrigeración nocturna mediante ventilación
cruzada entre las fachadas principales y garantizar la acumulación del aporte
solar para apoyar los consumos auxiliares de energía.
Irradiación solar diaria
sobre superficies verticales en orientaciones N, S, E y O para Zaragoza.
Ahorro energético
¿Qué
es el ahorro energético y qué relación guarda con la construcción bioclimática?
En el sector de la edificación, es evidente la relación
causa-efecto existente entre la arquitectura y el impacto medioambiental
soportado por el ecosistema. La edificación consume mucha energía en Europa
(más del 40% de la energía total), y por lo tanto una parte muy importante de
los Gases de Efecto Invernadero que se emiten son provocados por la
edificación.
Así pues, el objetivo que debemos
plantearnos es reducir drásticamente el consumo energético - y por tanto las
emisiones de gases de efecto invernadero - en las ciudades debido a la
edificación. Desde el punto de vista técnico sólo hay tres caminos:
1·
Reducir la demanda energética en el parque inmobiliario existente,
mediante proyectos integrales de rehabilitación medioambiental de los
edificios.
2·
Integrar a gran escala las Energías Renovables en la edificación y
en los entornos urbanos.
3·
Y por último, aplicar criterios y estrategias de ahorro energético
en las nuevas edificaciones: construir edificios bioclimáticos. La arquitectura
bioclimática debe cumplir una serie de requisitos, como son: tener una demanda
energética muy baja, gracias a la adecuación del edificio a su clima y su
entorno; abastecer esa demanda, en la medida de lo posible mediante fuentes de
energía renovables; observar los principios de construcción sana, de bajo
impacto ambiental, con materiales reciclados y reciclables y por último, ser
asequible económicamente. Se trata pues, de una arquitectura adaptada al medio
ambiente, sensible al impacto que provoca en la naturaleza, y que intenta
minimizar el consumo energético y con él, la contaminación ambiental.
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